Los cursos de capacitación se adecuan a tus necesidades y los tipos de productos que elaboras.
Hoy en día, los participantes de un curso esperan que aprender sea divertido y dinámico, es por eso que nuestros cursos siguen principios de diseño instruccional para que los participantes adquieran los conocimientos necesarios a través de actividades más que de bombardeo de información.
Para diseñar un curso de capacitación, es indispensable conocer a quién está dirigido y cuál es el objetivo general.
De ahí se define el nivel cognitivo que se pretende alcanzar, es decir el aprendizaje al que se quiere llegar. Para ello, seguimos la Taxonomía de Bloom, la cual jerarquiza los niveles cognitivos desde lo más básico, que es recordar, hasta el más avanzado, que es crear.
Los objetivos basados en la Taxonomía de Bloom son acciones medibles, lo cual permite evaluar el grado de cumplimiento al final del curso.
Una vez definidos los objetivos, se adecuan los materiales de capacitación para que sigan esa dirección. En esta fase, se desarrollan las actividades que ayudarán a facilitar la comprensión de los temas y vuelvan el curso dinámico y atractivo.
Es decir, que nuestros cursos no son cursos generales que aplican a cualquier organización, sino que los adaptamos a las necesidades particulares de cada cliente. De esta manera los conocimientos son relevantes para las personas que los adquieren.
Los cursos se dirigen al sector al que pertenece la empresa, por ejemplo, alimentos de consumo, ingredientes, materiales de empaque, cosméticos, servicios de alimentos, entre otros.
Algunos de los temas que cubrimos, son:
Cursos de BRCGS
Food versión 9:
Otros:
Usamos cookies para analizar el tráfico del sitio y optimizar tu experiencia. ¿Aceptas el uso de cookies?